jueves, 6 de junio de 2013

Soy.

He comprendido el valor del tiempo como nunca.
He entendido el valor del cálido abrazo.
Entiendo ahora muchas de las palabras que salían de esos arrugados labios.

Cuanto más cerca estoy de ellas : mis maravillosas mujeres ;  más profundo siento el vacío de sus presencias.
Su cercanía me recuerda el amargo sabor de la ausencia que habré de sentir.

No hay nada mejor que casa. Nada más maravilloso que escuchar el alboroto natural de ésta, mi ciudad.

Para muchos , la belleza significa un monto de cosas,lugares, personas, atributos y etiquetas que nuestra cultura ha definido como 'belleza'. Pero que en realidad resultan carentes de sustancia, carentes de BELLEZA.
Simple vanidad y distracción para nuestros sentidos.

Mi corazón ha encontrado una belleza incomparable en mi casa, en mi criticado país, en ésta mi gente, en los aromas autóctonos que se respiran aquí, en las vocecillas chillonas de los vendedores ambulantes, en todo lo que hace de éste, un lugar único. Porque todo ésto me recuerda que Dios deseó ponerme en éste preciso punto geográfico del universo, para ser alguien aquí. Para hacer historia aquí. Para aportar todo lo que soy, todo lo bueno que hay en mí,  en beneficio de esta decadencia humana que día a día nos quiere robar la plenitud. 

Qué hago yo si a mí no mata, a mí no me conquistan cartones internacionales, a mí eso no me define como una mujer exitosa, ni feliz, ni realizada.

El mayor reconocimiento con el que podré sentirme satisfecha al final de mis días, será el de aquellas vidas que impacté benéficamente. Que no me vendí a la vanidad, que no me vendí como todos se venden.Que no caí en la búsqueda falsa para obtener el tan codiciado prestigio humano.

Ésta es mi vida y amo con cada parte de quien soy, todo lo que en ella existe.
Todo lo real. Todo lo maravilloso, lo bello, lo trascendental, lo que no se envanece. 
El amor más desinteresado que me brindan ésas personas que en realidad me aman.
Eso lo amo, lo aprecio como nunca.

Y por el contrario, aborrezco la máscara que todos se ponen, sí, la máscara de plástico con la que hemos crecido. La máscara de plástico que se nos ofrece a todos como una salida fácil, como una identidad esencial de encaje en nuestra cultura. La máscara por la que desde siempre los señores de cartón han trabajado para que usemos. La máscara que alguna vez nos ponemos.

Pero somos libres. Es decisión nuestra quitárnosla o vivir una vida de delicias que se esfuman, de ideas creadas a partir del miedo puro que nos espanta. Miedo a ser diferentes y querer hacer la diferencia, miedo de no ir tras lo que todos van. Miedo al rechazo.

Tantas nuevas formas tiene Jessica...
Con la ayuda de mi creador, ahora  mi vida no se ve distorcionada, mi vida tiene más apariencia de vida, mi vida está más viva que nunca. 

Y todo lo que hoy hago, las distancias que existen entre mi gente amada y yo, pronto darán a luz un fruto maravilloso.  Porque en algún momento de nuestra vida necesitamos salir de la cápsula a la que nos hemos sometido y  lanzarnos a volar. Para ver que hay  un cielo que podemos alcanzar, para entender lo que significa ganarse la estadía en ésta vida. 
Para quitarse las ropas que quieren perturbar.

Y así, todo lo que hoy tengo es real.
No hay nada más placentero que sentir que se tiene poco, que se cuenta con pocos; pero que lo poco que existe en mi vida ....Es real.