viernes, 10 de enero de 2014

O

Y allí estaba yo, con las secuelas de mi despedida…
Allí estaba yo con el silencio que grita lo lejos que estoy.
Allí estaba yo con las memorias de las alentadoras palabras que me recitaron mis mujercitas, ahí estaba yo recibiendo una llamada , una invitación , una cita de padre e hija , como si Dios mismo hubiese puesto en su corazón hacerlo en el momento indicado para salvar mi noche, para salvarme de que el corazón se me parta en pedacitos más pequeños.
Corazón de porcelana….
Y ahí estaba yo, sirviendo un vaso con agua , eligiendo el consuelo en las cosas pequeñas, como un chocolate. El más negro de toda la bolsa de chocolates.

martes, 7 de enero de 2014

De nuevo

Mi corazón carga hoy con una oleada de emociones profundas que me patean el alma.
Hoy me voy y dejo la mitad de lo que soy , de lo que he sido.
Hoy me voy con las lágrimas indelebles en éste corazón de infinitas despedidas y encuentros.
Hoy me voy con los recuerdos de momentos que parecían infinitos , momentos que fueron tan míos…
Momentos que la noción del tiempo y espacio, no podían robarme.
Hoy me voy con la nostalgia de encontrarme con la realidad de que la vida no se trata de estar siempre con quienes amamos , en donde queremos o como nos acostumbramos.
La vida se trata en gran parte , precisamente de renuncias , de distancias,  de sacrificios unánimes.
Se trata de tomar el riesgo de desprendernos de todo lo que ha estado arraigado a nosotros, de correr lejos de lo que hemos amado.
Se trata de hacer del amor más que un concepto superficial y sensacionalista; una decisión de ir a donde se tenga que ir para ser feliz, para alcanzar la mayor plenitud para sí mismo y por lo tanto, para aquellos que en realidad nos aman sin el amor egoísta que exige cercanía más que el verdadero bienestar de la persona.
El amor es sufrido, el amor es paciente.
El amor verdadero nunca deja de ser , por más distancia , por más trazos distintos que la vida nos dibuja a cada uno.
El amor espera con alegría y empatía contemplar de nuevo ése  momento en que los triunfos , el tiempo y la distancia se disipan y entonces se concentran en un abrazo de vuelta. 

¡Benditas lágrimas!

Si hoy lloro , lloro con un llanto de esperanza.  
Un llanto que no busca quejarse, un llanto que sólo quiere desahogarse.
¡Lloro! lloro feliz también. Porque sé que éstas lágrimas valen oro.
Éstas lágrimas salen con ganas de ser lágrimas. Éstas lágrimas lloran dolor, lloran renuncia.
Éstas lágrimas lloran fuerza. 
Éstas lágrimas anhelan llegar a ser algún día un viejo recuerdo en medio de un triunfo que se ha convertido en sonrisa.
Éstas lágrimas de hoy están más cerca de ser una sonrisa, que las lágrimas de ayer. 
Éstas lágrimas las ha fabricado un corazón que está teniendo que encarar la vida.
Una vida donde todo es nuevo. Y lo nuevo asusta.
Pero es un susto que vale la pena enfrentar y despedazar.

Éstas lágrimas se me van cansando de ser lágrimas y se convierten en agradecimiento.
Porque ésas punzadas que están doliendo, valen mucho la pena.
Vale la pena cada huella que deja cada lágrima.
Estoy guardando todas mis lágrimas en una caja mía, sólo mía.
Y un día cuando conquiste ésta etapa de mi vida , abriré la caja de lágrimas y contaré cada una y recordaré cuánto me costó conseguir la sonrisa que entonces tendré.

¡Voy por camino seguro! Me lo dibujó MI Dios. Él es quien sostiene mi corazón y me hace brillar en las tormentas y me hace vivir con la esperanza de que cada dificultad anticipa una gran conquista. :)