domingo, 8 de febrero de 2015

M



Qué tristeza que nuestros grandes líderes y las figuras ejemplares de nuestra sociedad, sean las mismas que incitan a la destrucción. Así, discimuladamente, que el placer no nos deje enterarnos de que nos están matando.






Las guerras no son las únicas culpables de nuestra triste historia. El problema es más profundo. El problema es nuestra mentecita con complejo de colonia. Vienen ideas que cautivan nuestros sentidos y nos dejamos vender. Dejamos vender nuestra salud, nuestro bienestar, nuestra creencia, nuestro oro por espejos. Tan fáciles de conquistar. 😕