lunes, 12 de mayo de 2014

LEERLO



No. Dios no siempre es equivalente a religión. No.

Un creyente no siempre es equivalente a una cabeza hueca.

No. Un creyente no es siempre equivalente a una persona que dejó que le “lavaran el cerebro”. No.


La religión ha dejado heridas abiertas desde años atrás.

La religión ha herido corazones por generaciones.

La religión ha herido pero la religión no es equivalente al verdadero corazón de Dios.


Hay de los que sacan ventaja a costa de la fe.

Así como hay corrupción en la política, en las familias, en todo lado, lo hay en el ámbito espiritual.


Pero éso tampoco califica el verdadero corazón de Dios.


Un mundo que está decadencia no fue jamás la intención de Dios.

Cada uno de nosotros tiene libre decisión y hemos decidido cerrarle la puerta a nuestro creador.

Hemos decidido enfrentarnos a un mundo solos, bajo nuestra propia sabiduría humana y de una u otra manera, limitada.

Hemos decidido caminar solos y después nos preguntamos en dónde está Dios.

La oscuridad que vemos cercar a nuestro mundo es el resultado de cada decisión que hemos tomado bajo nuestra propia prudencia y deseo.


Dios no se regocija mientras pasan cosas terribles. Su corazón nos desea, nos llama de una u otra manera porque desea algo diferente a este caos para nosotros.

Sí él se involucrara y detuviese cada decisión de cada persona, qué sentido tendría, seríamos como títeres en las manos de un Dios que no nos deja decidir. Pero no.

Somos su creación y aún así nos hizo libres. Libres de correr a sus brazos o lejos de sus brazos. Pero no somos libres de las consecuencias de esas decisiones.


Si has estado toda tu vida encerrado en un cuarto oscuro donde nunca ha entrado un rayo de luz y yo llego a decirte que la luz existe, me llamarás loca. Me llamarás mentirosa, me llamarás tonta, ignorante.

Y si te digo que sí existe porque yo la he visto pero que sólo te será posible verla si te atreves a abrir una puerta especial, a rendir el orgullo de lo que siempre has conocido y a lanzarte a explorar lo que no has conocido, ¿la abrirías?

Hay muchos mensajes que promueven a Dios como religión, como alguien de quien necesitas atemorizarte. Hay personas que no conocieron el verdadero corazón de Dios y hablan de banalismo y superficialidad pero cuando hay un corazón que quiere más, que se rinde y rinde su ego y se encamina a esa búsqueda de su creador, su Dios; él no callará. Padre hijo y Espíritu Santo. Más reales que estas palabras, más reales que una religión.

Dios te creó lo creas o no. Él es real y es nuestra decisión rebelarnos contra su AMOR o abrir nuestros brazos y encaminarnos hacia una aventura donde el amor tiene un significado que trasciende los límites de nuestra mente. Un amor escandaloso y descabellado, un amor que amó antes de que abriéramos los ojos.

Su amor.

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