lunes, 12 de octubre de 2015

El arte de untar

Es media noche y me puse a pasear un rato, (al principio muy intencionada de hacerlo) por esas rutas que le llevan a uno al rincón de los recuerdos.

Hay uno en especial con quien casi todos los días suelo dialogar. Pero de hecho hace un buen tiempo la intensidad con la que hablábamos fue disminuyendo.
Tal vez porque somos 'animales emocionales' y entonces solemos adoptar una postura mientras enterramos lo que nos ocurrió como si fuese un pedazo de cualquier cosa, cualquier cosa vieja.

Los recuerdos son para recordarlos bien.
Son para untarlos en las decisiones diarias.
Untarlos con sutileza. Como si se tratara de todo un arte.
El arte de untar bien el recuerdo, de untarlo sobre una decisión.

Me antojé de tostada, de una tostada untada con queso crema.
Pero no puedo comer lo que quiero ahora.
Porque hoy he comido como un marrano, además no existe ni el queso crema ni la tostada en mi casa....Como si fuera poco  sigo delgada.

Yo debería ser bailarina de ballet. Pero el único acercamiento que llegaré a tener con el ballet será el de mis momentos eufóricos donde quiero ser de todo. ¡UNA ARTISTA!
Y estoy frente a videos en youtube, imaginándome ahí. Siendo ésto, aquello y lo otro.
Pero simplemente estoy sentada, sin bañar, despeinada, llena de pereza y de dolor en la espalda.

Pero soy hermosa, no quiero que me opaques.





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