Las manos que no podré soltar jamás no es asunto personal,
es que mi corazón nació con un ancla incluida para aferrarse a los pedazos con los que un día danzó bajo la luna.
Un salto que dura mil años con un descender que dura un vacío en el estómago
es que mi corazón nació con un ancla incluida para aferrarse a los pedazos con los que un día danzó bajo la luna.
Un salto que dura mil años con un descender que dura un vacío en el estómago
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