El problema con la verdad es que generalmente sólo los imbéciles se atreven a hablar de ella. La arreglan y mal usan, la visten de payaso y la presentan distorsionada, dulce y entretenida para los oídos populares, pero aborrecible para el resto.
Lo peor de todo es que el resto se traga el cuento de la verdad tergiversada y terminan odiando lo que es la verdad en sí misma en vez de irse contra los usurpadores de ella.
Lo peor de todo es que el resto se traga el cuento de la verdad tergiversada y terminan odiando lo que es la verdad en sí misma en vez de irse contra los usurpadores de ella.
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